miércoles, 14 de octubre de 2015

Pecadores por igual



Los representantes de los partidos políticos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática; coincidieron en que la clave para que el Sistema Nacional Anticorrupción funcione es que las leyes secundarias sean acordes a las demandas de la ciudadanía, tanto de prevención como de seguimiento a los actos de corrupción.

La corrupción es un problema de gran magnitud en la actualidad del país mexicano, y que conforme va pasando el tiempo, lejos de disminuir, va en aumento constante y potencial en cada uno de los rincones de la República.

Sin embargo, la respuesta para erradicarla no se encuentra en un Sistema Nacional Anticorrupción ni mucho menos en leyes secundarias, la respuesta viene desde los más altos mandos de la política de este país.

Parece una grosería para los ciudadanos que año tras año se prometa terminar con ese problema, cuando desde la promesa hay muchas cosas detrás que se mueven bajo las aguas de la misma.

Los puestos políticos al final no terminan siendo una decisión del pueblo, sino se convierte en una decisión tomada con base en los intereses de los que se encuentran en el poder. Desde ahí la corrupción se escribe en letras mayúsculas.

Y aún así, con total descaro el PAN se atreve a decir que van en búsqueda de recuperar la confianza de la ciudadanía, la cual es probable que nunca regrese. Mientras que el PRI se jacta de ser el partido más transparente, a pesar de todos los escándalos en los que se han visto inmiscuidos.

¿Cómo pretenden erradicar algo que traen por historia? Cada uno de los partidos políticos se ven constantemente envueltos en actos de corrupción que quedan impunes, y las leyes no se aplican para ellos como se hace con los ciudadanos. El caos más grande sobre éste problema está ahí, está en la desigualdad entre el poder y el pueblo, en el descaro y la mentira.

Pero desgraciadamente todos ellos no tienen la culpa total de que esto siga pasando, la culpa es compartida de igual manera con la ciudadanía, la cual a pesar de saber lo que pasa se deja llevar y guarda silencio, la que prefiere guardar silencio por comodidad en lugar de buscar justicia.

Y mientras la indiferencia siga teniendo como prisionero al pueblo, la situación nunca cambiará, mientras estos sigan aceptando ellos seguirán perjudicándolos, y cuando quieran exigir sus derechos no serán escuchados.

Así pues, con leyes o sin leyes la situación continuará en un bache cada vez más profundo que parece no tener salida y no se verá el cambio hasta que cada uno de los gobernados empiece a crearlo, porque no basta con decir “deberían hacer esto” o “merecemos aquello”.


Para que realmente las cosas mejoren y la corrupción dejé de ser un problema que aqueja a México, la clave está en la acción, en alzar la voz y no callarse, en exigir soluciones, pero sobretodo en valorarse y tener visión sobre el potencial de éste país, y solo así dejaremos de estar en total oscuridad.

Escrito por: Daniela Villanueva

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