En una sociedad con altos
índices de inseguridad y con poco interés por parte de los funcionarios
públicos, la frase “Justicia por tus propias manos”, es cada vez más común.
Pero, qué paso con los otros tipos de justicia, la justicia divina o la
justicia de la ley, ya ni siquiera el karma es contemplado.
La sociedad viene, desde ya
hace mucho tiempo, arrastrando una acumulación de indignación ante los actos
abominables que atentan contra su bienestar, y por ende, no es sorprenderse que
de vez en cuando algunos sectores cobren justicia por su cuenta.
Tal es el caso de los
habitantes de Ajalapan, Puebla, quienes ante una posible amenaza de secuestro,
decidieron castigar a los presuntos culpables saltándose a las autoridades
pertinentes.
Rey David y su hermano, José
Abraham Copado Molina, fueron linchados por una población confundida y motivada
por la furia. El motivo, el intento de secuestro de una niña. La confusión, los
jóvenes se encontraban ahí sólo para hacer una encuesta para la empresa
Marketing Research and Services S. A. de C. V.
Pero aún y cuando se
comprobara la versión de los atacantes, ¿es justificada su reacción? Para nada.
Siguiendo con las frases, “la violencia no se puede combatir con más violencia”,
es sumamente indignante que en un intento por preservar orden se realicen actos
irracionales, los cuales terminan de mancillar el significado de la palabra
justicia.
Ante ésta situación, la CNDH
exigió que se realicen las investigaciones necesarias para que los responsables
sean castigados con la ley.
Si bien, en algunas
ocasiones la CNDH es un tanto exagerada en su labor diaria de proteger a los
individuos aún y cuando sean unos completos criminales, en éste caso concuerdo
en con que el Gobierno de Puebla debe tomar cartas en el asunto, pues es
increíble que un estado pueda crecer rápidamente en cuanto a infraestructura,
pero no pueda evolucionar en cuanto a
formas de pensar.
Por: Nelly Said Calva
@NellScc #clósetpolítico
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