Fuentes periodísticas,
hacen notar que en México siempre hay capturas de capos importantes, y después
las evidencias del contacto que mantienen con personas de carácter
gubernamental y así hacer énfasis en ¿Qué clase de dirigentes tenemos como
portavoces del narco en el poder?
Recordemos la captura
del 01 de octubre de 2014, Héctor Beltrán Leyva, fue identificado por los
gobiernos de México y Estados Unidos como el líder máximo del Cártel de los
Beltrán Leyva, que desde diciembre de 2019, fue reconocido cuando su hermano
Arturo “El Barbas” fue avergonzado durante un enfrentamiento con la Marina; con
este dato las fuerzas federales detuvieron a “El H” en San Miguel de Allende,
Guanajuato, en compañía de Germán Goyenechea Ortega, quien fungía como operador
financiero de su grupo y ambos portaban armas cortas de uso exclusivo de las
fuerzas armadas.
Después de la muerte de
su hermano Arturo, en diciembre de 2009, Héctor Beltrán Leyva asumió el
liderazgo de la organización criminal, adoptando un perfil de empresario y
transformando su estilo de vida para pasar desapercibido, pero reportes de
inteligencia militar lograron ubicar el domicilio de “El H”, en el estado de
Querétaro, donde dejó a un lado los autos de lujo para hacerse pasar por un
empresario dedicado al comercio de bienes inmuebles y obras de arte.
Y no hay que asombrarse
de que un capo (Héctor Beltrán Leyva) y Germán Goyeneche Ortega (operador
financiero del cártel) sean encontrados en un restaurante de mariscos en pleno
centro histórico en San Miguel de Allende, Guanajuato, y cubra su identidad con
otra muy diferente a su estilo de vida de lujos incontables, como la de un
empresario del sector inmobiliario y posteriormente salga a la luz una
fotografía del actor de precampaña del
diputado panista, donde muestra a el operador del cártel Beltrán Leyva en
primera fila y enfrente suyo está Ricardo Villarreal con micrófono en mano,
pero no es el único caso de Germán Goyeneche Ortega que también fungió como
representante del Parlamento Ciudadano en Querétaro, al cual fue invitado a
participar por el diputado federal queretano del Partido Verde Ecologista
(PVEM), Ricardo Astudillo Suárez, legislador por el distrito 2 con cabecera en
San Juan del Río.
Así como está noticia y
más de diferentes narcotraficantes suenan ya conocidas cuando mencionamos el
caso de “La Tuta” con el hijo del ex gobernador de Michoacán (Fausto Vallejo),
el ex alcalde de Lázaro Cárdenas, la alcaldesa de Huetamo y otros casos como
los de la senadora Iris Vianey Mendoza donde aparece junto a la Barbie Grupera
(Melissa Placarte) hija del líder de la organización delictiva “Los Caballeros
Templarios” en una “narcofiesta” y por ultimo “El Chapo” Guzmán quien tiene
incontables contactos políticos y que se cree que por esta razón México no lo
extraditó a Estados Unidos, por la posibilidad que revelara sus vínculos y
fueran vistos desfilar políticos y empresarios mexicanos relacionados con el
narcotráfico.
Querétaro se ha
convertido en un lugar controlado por el narco, como la mayoría de los estados
del norte, donde habitan muchos narcotraficantes y ahora sus familias, es
notable que hay enlaces entre capos por el pacto de no agresión entre ellos,
los habitantes tienen conocimiento de esto, puesto que los narcos dan trabajo a
mucha gente, junto con sus inmobiliarias mencionadas como producto para el
lavado de dinero.
El gobierno de Estados
Unidos manifestó que las actividades criminales de los Beltrán Leyva, en algún
momento asociadas al Cártel de Sinaloa, han facilitado la violencia en varios
estados mexicanos como Guerrero, Morelos, Estado de México y Michoacán,
provocando la muerte violenta de miles de personas.
El Cártel de los Beltrán
Leyva, bajo el mando de Héctor Beltrán Leyva, traficaba cocaína desde Centro y
Sudamérica hasta Estados Unidos y Europa, tratando de hacer una posible alianza
con otros grupos para expandirse a la producción y comercio de drogas
sintéticas, además de sus actividades delictivas, operaba ya una amplia red de
corrupción y lavado de dinero.
Desde su detención, sus
hermanos responsabilizaron a Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, con el que
aparte de romper relaciones, poco tiempo después le disputaron territorios y
plazas.
Está claro que ningún
partido político está exento de que se pueda infiltrar el narco en sus filas y
sería prudente que todos los partidos políticos estuvieran obligados a hacer un
análisis e investigación.
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