miércoles, 14 de octubre de 2015

Los huracanes y su afectación al gasto público



Han sido ya muchos los desastres naturales que la sociedad mexicana ha vivido en los últimos años y que incluso algunos daños ocasionados por éstos, no han podido ser reparados en su totalidad. Esto nos habla de la crisis en las finanzas públicas que existe en  nuestro país, sin olvidar también su repercusión en la sociedad que ha generado saqueos y aprovechamiento del desastre, lo que entonces  a su vez desencadena la crisis de inversión externa, pero no hablaremos de esas cifras, más bien de la responsabilidad del gobierno federal y las cifras que éstos fenómenos naturales representan.

En esta temporada de lluvias, tan sólo de agosto a noviembre se han pronosticado 15 eventos ciclónicos, que de acuerdo al Centro Nacional para la Prevención de Desastres (CENAPRED) éstos podrían costarle al erario público alrededor de 18 mil 600 millones de pesos por daños a infraestructura y particulares. Siendo más explícitos, equivaldría casi a la totalidad del presupuesto de egresos de todo el estado de Campeche para el ejercicio fiscal 2015, definitivamente es una situación de preocupar a los distintos niveles de gobierno, recalcando que existe mucho desvío de recursos a causa de la implementación de programas para otros sectores, en mi opinión, los fenómenos naturales deberían obligar a los gobiernos a tener un respaldo económico bastante fuerte, puesto que a la madre naturaleza no la podemos controlar.


Siguiendo con las cifras, según el CENAPRED en el periodo del 2008 al 2013, los 73 ciclones que han afectado al país, tuvieron un costo de 123 mil 988 millones de pesos, es decir que cada huracán cuesta aproximadamente 1,689.5 millones de pesos. Entonces los daños causados en los últimos 6 años representan tan sólo 1.5 veces el presupuesto destinado al principal programa de gobierno para el combate a la pobreza (PROSPERA), el cual se prevé tenga un presupuesto total de 82 mil 166 millones, un huracán y medio, ¿no? Y la continua falta de estrategias orientadas a fortalecer la prevención de catástrofes nos ha llevado a concentrar los recursos federales en la capacidad de respuesta una vez ocurridos los desastres, situación que la cultura de la prevención nos ahorraría muchos miles o mejor dicho, millones de pesos. Cada suceso es un aviso, avisos en los que la política no se ha ejecutado de la manera precisa. 

Escrito por: Claudia Bello

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