Dejando huella en la historia de México, se legaliza la marihuana, al menos para cuatro personas.
La moneda se giró y éste
miércoles calló a favor de la legalización de la marihuana. La Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN) otorgó el permiso a la asociación SMART (Sociedad Mexicana de Autoconsumo
Responsable y Tolerante), integrada por Fernando Torres Landa, Lisa Sánchez,
Pablo Girault y Armando Santacruz, esto después de que ellos promovieron un
amparo contra la prohibición legal.
Con 4 votos a favor y uno en contra, se les dio a estos cuatro individuos la posibilidad de consumir libremente éste producto nacional. Claro demasiado irónico que siendo uno de los productos que más se exporta en México, no existiera alguien que quisiera explotarlo para beneficio personal.
Lo que es un hecho, es que
el tema ha generado un debate, en dónde me atrevo a decir que las estadísticas
marcan un 50% a favor contra un 50% en contra de la droga. Por un lado están los que
apoyan ésta idea y aplauden esta decisión, y por otro, están quienes están en
contra totalmente.
Pero dentro de estos grupos aún hay subdivisiones pues, en el caso de los que están a favor, están quienes ingenuamente creen que con ésta medida se disminuirá el narcotráfico; y no digo que no, pero es evidente que se trata de un proceso de largo tiempo.
Además, no están tomando en cuenta que el consumo será regulado y que aún y cuando el proveedor “legal” ya no pueda dotarlos de una porción, éstos buscarán al final una alternativa ilegal, y no será precisamente por una adicción, sino simplemente por cubrir esa necesidad.
Dentro de los que aceptan la legalización están los aún más crédulos, que creen que podrán doparse a cualquier momento.
Del otro lado, se encuentra los que se niegan a aceptar la entrada de éste “medicamento” en sus vidas. Ya sea por cuestión de tabú o porque son demasiado incrédulos y ya les está llegando un olor más fuerte que el de una simple hierbita, pues se han hecho comentarios en los que se tacha de estrategia política éste asunto.
¿Por qué no pensar que entre
más se nos prohíbe algo, más lo deseamos?
El debate apenas se abrió y los pros y los contras ya están puestos sobre la mesa, esperando una resolución.
Desde mi criterio considero
que es una buena medida tomándolo desde la libertad de consumo (cada quien
elige cómo morir) y desde un aspecto
medicinal (Marihuana por Paracetamol). Pero no nos hagamos tontos, sí se hace
con la esperanza de que en algún momento cese el narcotráfico, no va pasar. Eso
es parte de nuestra corruptiva historia, y lo único que cambiaría es que ahora
el gobierno dejaría a la vista sus ganancias por el consumo de la droga, claro
que sería por lo recaudado en la “concesión de permisos”.
Por: Nelly Said Calva
@NellScc #ElArgumento
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