El
tiempo para muchos es algo que puede transcurrir sin poderlo detener, y a
muchos otros nos rebasan y nos deja sin oportunidad de rectificar.
El
próximo 26 de septiembre se cumple un año del desenfrenado y lamentable caso de
desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa,
Guerrero. Como podemos recordar este acontecimiento causó un gran impacto en
todos los mexicanos pues hacia tiempo ya, que no ocurría un abuso de autoridad
de tal magnitud.
Muchos son los ángulos desde los que se puede analizar el caso
Ayotzinapa. Por mi parte opinaré desde un punto de vista neutral, creo que
suficiente fue ya el sufrimiento para las familias de las víctimas y de todo
México, al hacernos conscientes de que efectivamente fue un “crimen de Estado”. Y que el caso Ayotzinapa es uno de los
numerosos casos en los que se muestra que las autoridades que integran el
Estado gubernamental, siguen cometiendo violaciones graves a los derechos humanos.
Este caso contribuyó a definir que han sido insuficientes los esfuerzos del
Estado mexicano en esta materia.
Al mismo tiempo considero que los días que han
transcurrido no deben de ser en vano y que a pesar de que este hecho lamentable
se vincula con el clima de impunidad que reina en todo el país, se han realizado algunas
acciones a fin de reparar los daños a las víctimas y prevenir hechos similares,
gracias a las medidas que el pueblo le impuso a las
autoridades mayores.
Ha llegado el momento en que el gobierno en todos sus niveles en
conjunto, demuestren su compromiso por los derechos de los mexicanos y se tomen
medidas a fondo, así como mantenerlas. Lo que está sucediendo en nuestro país
es injusto sí, y considero que debemos seguir luchando por nuestros ideales, ya
que no podemos permitir más actos de impunidad, recordando siempre que nuestra
lucha tiene que ser pacífica.

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